
Iniciarse en un instrumento musical es difícil, y más a la edad de 3 años… O eso pensaba yo antes de conocer el aprender jugando.
Soy Bea, la profe que está detrás del proyecto «hasta que suene la flauta». Puede que te preguntes el porqué de ese nombre. Lo elegí en mi época de estudiante, ya por ese entonces no conectaba con la expresión de «si suena la flauta», para mí hay que poner intención en lo que hacemos y nos proponemos conseguir. De ahí cambiar la conjunción «si…» a la preposición «hasta», no como objetivo final sino como motivación a conseguir lo que te propones.
No solo sigo teniendo ese valor de motivación, sino que creo que mediante la enseñanza musical puedo motivar a familias a nutrir el entusiasmo de sus hijos por jugar y el propio entusiasmo de los adultos por que sus hijos aprendan música.
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